Diabetes en gatos: cómo reconocerla


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Los gatos pueden tener enfermedades como las personas. De hecho, muchas de las que padecen los seres humanos están presentes en los mininos. Es el caso de la diabetes, que requiere de cuidados específicos y que puede tener complicaciones y ser realmente dañina para la salud del gatito como sucede en una persona. Pero, ¿es posible reconocerla en casa?

Síntomas y alertas

Evidentemente, la mejor manera de saber si el gato es o no diabético es acudir al veterinario a que haga un estudio detallado. Sin embargo, en casa sí es posible estar atento a una serie de señales, que pueden hacer sospechar que el gato tiene esta enfermedad.

Uno de los indicios más claros de que el gato tiene diabetes es el número de veces que orina. Y es que es habitual que el minino evacue la orina más veces si es diabético, ya que su organismo no es capaz de metabolizar la glucosa.

Normalmente, este aumento de las micciones también va acompañado de una mayor necesidad de beber agua. Es decir, el gatito estará más sediento porque tendrá que reponer los líquidos que está expulsando a través de la orina.

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La cantidad de comida que ingiere es otra de las pistas que puede alertar de que tiene diabetes. En general, los gatos con esta patología suelen comer menos, aunque se les pongan delante sus manjares favoritos.

El hecho de no tener hambre también suele ir asociado a una pérdida de peso. Pero para que esto sea realmente una señal de diabetes, este síntoma se tiene que dar junto con todos los anteriores.

Y, aunque se note que el gato está adelgazando, lo cierto es que la mascota con diabetes, sobre todo al principio de detectarle la enfermedad, suele tener sobrepeso, siendo este uno de los principales factores de riesgo como sucede con las personas. De esta manera, esto es otro claro indicio de que el minino es diabético, a no ser que no haga nada de ejercicio y coma demasiada cantidad de comida.

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